Pretendo reflexionar brevemente, a continuación, sobre esta cuestión tan de actualidad y que inevitablemente requiere una constante reformulación. Sin duda, Internet ha sido uno de los grandes progresos recientes de la humanidad. Como medio de comunicación mundial y base de datos planetaria, ofrece cuantiosas posibilidades de libre acceso a conocimientos e informaciones sin que las distancias o los intermediarios sean obstáculo.
No obstante, igualmente innegable es que tales beneficios son entendidos de manera desigual por la heterogeneidad de la población, y que la ciudadanía pasiva, la desorientación o la brecha digital son nuevos lastres por superar en el siglo XXI.
El campo de las relaciones sociales ha sido uno de los más transformados por la Revolución Informática. Se aprecia la evidente ventaja de poder mantener contacto fluido, en poco tiempo e incluso en línea, y poder conocer a personas que físicamente escaparían de nuestras posibilidades.
Ello supone enormes facilidades y un aumento de las posibilidades de desarrollo de la vida social y de alcance de nuestras redes, y sobre todo la población joven hace gran uso de ello.
Sin embargo, la virtualización de los vínculos socioafectivos supone reducción del contacto directo y físico con las personas allegadas, lo cual trae consigo nuevas fobias sociales, miedos, inseguridades, ausencia del dominio del lenguaje no verbal, y falta de habilidades sociales.
Esta reflexión está también disponible en el blog de la asignatura "Nuevas Tecmologías aplicadas a la Educación" dedicado a actividades optativas: http://elrincondelasactividadesoptativas.blogspot.com/2011/03/actividad-optativa-tema-1.html#comments .
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